miércoles, 25 de febrero de 2009

Un sueño diminuto

El tiempo cambia el nombre de las cosas
y la razón no entiende las palabras
que a menudo se asoman a mis versos.
En el aire se puede percibir
su esencia suspendida,
escoltada por dos interrogantes,
como un aroma aún por descubrir.
Se entretienen las manos con muy poco;
con verdades a medias, con silencios
de antiguos calendarios y promesas
que sólo el corazón sabría pronunciar
en su lenguaje de puntos y comas.
Qué certeza no muere entre los labios
sin dejar cicatrices en el alma,
y un sueño diminuto
al que le crecen sílabas
que se repiten hasta el infinito,
como si sólo fuera el resultado
de una extraña e imposible división.

2 comentarios:

  1. Entre los labios mueren las certezas y en el alma los sueños reviven con palabras.

    Hermoso lo que dices siempre, Venus, lo que tus poemas escriben con los labios del alma.

    Un abrazo.

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  2. Gracias,amigo, por tu visita y las palabras siempre hermosas que me brindas. Procuraremos con las palabras que esos sueños perduren por siempre.

    Un abrazo enorme

    Susana

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